16.2.12

                            
 
 
                       
LA MANCHA

Unos molinos de viento
me salieron al camino,
tierra de hidalgo y pollino
donde narró aquel evento
el escritor más divino.

En el pueblo las campanas,
-y en el campanario un nido-
repicando en las mañanas
a las horas más tempranas
doblando alegre el tañido.

Las aspas girando al viento
van formando remolino;
y en su lento movimiento
llegas al convencimiento
de ver gigante al molino.

Sol que traspasa el ambiente,
tono en blanco y amarillo,
sin nube que le haga frente
ni aire que desaliente,
o niebla que quite brillo.

Con aspas y aves al viento,
es tierra de pan y vino
posada y alojamiento,
para el que emprende camino
en busca de un aposento.
 
Ángeles Asensio