21.6.14

 
VELERO

Como cisne que llegó
entre conchas nacaradas,
un velero cruza el mar
de mis sueños escarlata;

en su navegar no hay viento
que lo ayude, ¡ni hace falta!,
lo lleva mi fantasía
por espumas plateadas.

Llegó la goleta un día
velas al aire infladas,
bamboleando su quilla
sobre el espejo del agua;
 al verla, ilusionado
con su bocina llamaba,
 y la brújula girando
 hacia el navío que pasa.

¡Qué imprudente es el amor
y qué fuerza lo desata!,
por aquél mar se perdieron
entre costas plateadas
con el viento a su favor,
y las velas engarzadas.

Ángeles Asensio